Los desafíos de las comunidades rurales
En las zonas rurales se dan unos niveles de envejecimiento y vulnerabilidad superiores a los de las zonas urbanas. Sin embargo, en estas zonas el acceso a la sanidad y a los medicamentos bajo receta supone, en muchas ocasiones, un gran reto, debido a la escasez de médicos generalistas.
Por este motivo, el valor social de la farmacia en comunidades rurales es indudable. Aquí, el farmacéutico es a menudo el único punto de contacto entre el habitante y el sistema sanitario, debido a la falta de hospitales y centros de salud. Esto los convierte en un importante factor para la fijación de población y el desarrollo socioeconómico del entorno rural. Así, es de vital importancia que los farmacéuticos implementen estrategias que les permitan maximizar su labor asistencial.
Entre las medidas que se pueden tomar para mejorar la atención farmacéutica en estas comunidades se encuentran:
1. Expandir los servicios:
La farmacia rural puede ofrecer servicios más allá de la dispensación de medicamentos recetados. Por ejemplo, ofrecer control de la tensión arterial o de la glucosa, un servicio de riesgo cardiovascular o gestión de la diabetes.
2. Colaborar con otros profesionales sanitarios:
Servicios voluntarios en colaboración con médicos generalistas, especialistas u hospitales para asegurar la atención sanitaria en zonas de difícil cobertura.
3. Ofrecer el envío a domicilio:
En zonas rurales o despobladas a menudo es difícil llegar a la farmacia, sobre todo, para personas mayores o enfermas. Ofrecer el envío a domicilio puede resultar extremadamente útil.
4. Ofrecer educación sanitaria:
Explicarles cómo tomar su medicación, cómo deben cuidarse para prevenir enfermedades, orientarle en sus hábitos para que sean saludables…
5. Construir una relación de confianza con los pacientes:
Hablar con ellos, conocerlos, atenderlos… pasar tiempo con cada uno de ellos es especialmente importante, sobre todo, para los clientes mayores. Es aquí donde la automatización del almacén es de gran ayuda, ya que permite ahorrar hasta 6 horas al día en tareas repetitivas y sin valor añadido para dedicar este tiempo a los pacientes.
Como conclusión, las farmacias juegan un papel esencial como expertos de la salud. Sin ellas y sin sus servicios, para muchos pacientes en zonas rurales sería inviable acceder a consejos sanitarios y chequeos con regularidad. Es por ello, que los farmacéuticos tienen la oportunidad de mejorar la calidad de vida de muchos residentes en zonas más despobladas y sin cobertura sanitaria.